Jugábamos golpeándonos despacio con nuestros bolsos, de pronto un misterioso entrenador de cabello verde largo y con una gorra extraña apareció frente a nosotras. Era un chico extraño, parecía estar algo…. “Trastornado” fue entonces cuando nos saludó.
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Capitulo 3: El extraño “Equipo Plasma” (Primera postal: Accumula Town)
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– Buenas noches estimadas entrenadoras -. Dijo ese extraño chico de cabello verde.
– Ah… hola ¿y tú eres? -. Mía golpeaba mis costillas insinuando que el chico aquel era muy apuesto, yo solo la ignoré, creo que mi corazón ya lo había robado el apuesto Harrison.
– Claro, una disculpa por mis pocos modales, mi nombre es “N”.
– ¿N?, ¿tus padres eran mudos?
– ¡Mía, nunca se les pregunta a las personas si sus padres son mudos!
– ¿Acaso te es normal que alguien tenga por nombre solo una letra?
– ¡Lo sé!, es muy raro, ¡pero no por eso debes andar preguntándole al mundo porque tienen ese nombre!
– ¡Chicas!, ¿se han dado cuenta de que puedo escuchar todo lo que dicen cierto?
– ¡Ups!, lo siento “N” querido, pero esta chica es tan… ¿cómo decirlo?, ¿“especial”?
– ¡Muy graciosa Mad!, ¿estás tratando de decir que soy algo “LENTA”? -. El chico se veía muy divertido con nuestra pelea, noté que le había agradado “MUCHO” Mía, pues no le despegaba la vista de encima.
– Sólo las quiero invitar a una pequeña reunión nocturna que se hará hoy en el centro de la ciudad, el “equipo plasma” dará una pequeña conferencia -. Después de decirlo nos mostró una hoja con publicidad de la dicha conferencia.
– Pues, planeábamos ir a refrescarnos al centro Pokémon.
– ¡Claro ahí estaremos guapo! -. Dijo Mía con ansiedad.
– Entonces las veo ahí a las 8, hermosas damas.
– ¡Por supuesto!
– Pues, ya que.
– ¡Oh vamos Madi!, no puede ser que seas tan aburrida.
– Simplemente estoy cansada, ¡quiero cenar muero de hambre, devoraría tres kilos de pecha berry! -. Justo cuando en ese momento cuando el misterioso “N” se dio la vuelta nos dimos cuenta de que la nueva compañera Whirlipede de Mía ahora estaba en la mochila de aquel extraño chico.
– ¡N, espera!-. Gritamos ambas, justo al darse la vuelta notó que que lo traía en la espalda.
– ¡Quítenmelo, quítenmelo, no soporto a los Pokémon bichos! ¡Aaaaaaaah! -. ¡Por dios es igual que Mía!, tal para cual.
– ¡Jajajaja!, tranquilo sólo es una chica Whirlipede que quiere jugar.
– ¡Whirlipede, te prohíbo que trepes a las personas, eso es muy muy grosero de tu parte! -. Whirlipede sólo volteo sus ojos tratando de dar a entender que le importaba muy poco lo que Mía pensara o dejara de pensar sobre ella.
– N, una disculpa por Mía, ella es una entrenadora algo distraída y creo que Whirlipede es una chica muy… ¿grosera dijiste Mía?
– ¡Sí, chica mala, Whirlipede mala! -. La descarada Whirlipede terminó rociando a Mía un líquido viscoso y morado sobre la cara.
– ¡Qué asco, que sea saliva, que sea saliva! -. Gritaba mía mientras “N” se alejaba riendo de la escena, yo sólo observaba con repulsión como Mía regresaba a Whirlipede a su pokéball.
– ¿Creo que deberíamos ir a lavarte la cara Mía?, hay un centro Pokémon cerca del centro del pueblo -. Ambas nos dirigimos al centro Pokémon del pueblo, mientras Mía tomaba una ducha rápida gracias a su magnífico Whirlipede yo decidí bajar a la cafetería por un expresso, cuando se acercó a mí un entrenador que vestía de manera extraña; algo parecido a un disfraz de Venipede.
– ¿Eres tú la chica del Whirlipede?
– Ammm, ¿a qué chica te refieres?
– A la chica algo alocada que levantó a su Whirlipede hembra para regañarlo.
– Creo que es mi amiga a quien te refieres, ¿qué es lo que quieres con ella?
– Quiero que me cambie a su Whirlipede hembra, ¿crees que sea posible?
– ¡Por supuesto! -. Dijo Mía, quien bajaba corriendo rápidamente de la segunda planta del centro Pokémon con una toalla en el cabello.
– ¡Yo tengo también un Venipede ¿te sirve?
– ¿Enserio quieren cambiar a sus Pokémon?
– ¡Por supuesto! -. Dijímos ambas a la vez, a mi no me gustaba tanto Venipede, ni a Mía Whirlipede, ¿qué mejor que un cambio Pokémon para solucionarlo?
– Pues, ¿podríamos hacer el cambio mañana?, me imagino que van a pasar la noche aquí ¿no?, yo ahora voy a ir a una conferencia que dará algo así como el equipo ¿fantasma?, ¿asma?, ¿plástico?
– ¿Plasma?
– ¡Sí, ese!
– Nostras también iremos, ¿vamos juntos?
– Por mí no hay inconveniente -. Ambas no queríamos perderlo de vista, sabíamos que él nos cambiaría nuestros Pokémon, así que… no se nos podía escapar. Yo ponía mucha atención al ver como un loco demente vestido con una horrible bata trataba de convencer a la gente de ¿liberar a nuestros Pokémon?, según él los Pokémon eran infelices al vivir atrapados en sus pokéball en realidad yo lo dudo mucho, con el venían varios hombres vestidos de una forma algo ridícula y medieval, se hacían llamar “Equipo Plasma”.
– ¡TODOS DEBEMOS LIBERAR A NUESTROS POKéMON!
– ¿Me perdí de algo? -. Decía Mía mientras devoraba varias bolsas de comida chatarra a la vez.
– ¡Mía con toda esa comida chatarra terminarás convertida en una ENORME Emboar!
– ¿Por qué siempre quieres arruinar mi apetito?
– ¡No lo estoy arruinando simplemente digo que no comas tanta comida chatarra!
– ¡Eres una mentirosa, te odio!
– ¡Shhhhh¡ ¿me podrían dejar dar mi conferencia?
– ¿Y tú quien eres, un payaso? -. Preguntó en voz alta Mía.
– ¿Disculpa?-. Decía aquel raro hombre llamado Ghetsis.
– ¡Es la verdad!, esa ropa es ¡HORRENDA!
– ¡Jajaja!
– ¡Jajaja! -. Se burlaba toda la gente tras el comentario tonto de Mía, debo admitirlo en verdad su vestimenta era ridícula. Esto pareció enfurecer al hombre que prefirió retirarse ante tan insultante pregunta.
– Mía ¿Por qué eres tan impulsiva?, eso fue muy grosero.
– Pues vestirse de esa manera también es muy grosero… ¡PARA MI VISTA! ¡Jajaja!
– ¡Jajaja!, tienes toda la razón -. Reía mientras tomaba un poco de la comida chatarra de mía y me la llevaba a la boca.
– Disculpen señoritas, el hombre que acaban de insultar… es mi padre.
– Pfffffggg -. Escupí las frituras en la cara de Mía.
– ¿En? ¿Enserio?, ¿lo ves Mía, ves lo que causan tus comentarios súper estúpidos y fuera del lugar?
– ¿Disculpa señorita modales?, acabas de decirme que tenía razón y que esa ropa era horrible.
– ¿Qué?, ¡eso es una vil mentira!
– No es necesario que finjas lo acabo de escuchar -. Dijo el apuesto “N”, lo cual provocó que me pusiera algo nerviosa, terminé escondiéndome tras Mía, ella seguía comiendo tranquilamente observando a nuestro nuevo amigo.
– ¿Madison creo que nos tenemos que ir no?, la mirada de este chico me pone nerviosa -. Exclamó Mía entre dientes mientras terminaba de tragar un bocado.
– Mía él puede escucharte ¡no seas estúpida está frente a nosotras! -. El chico sólo nos miraba con una cara demencial.
– ¿Dijeron algo?.
– ¿Qué?
– ¿Qué? -. Mía dejó de poner frituras en su boca y miraba atónita al chico.
– Deben ser sus Pokémon.
– Nuestros Pokémon están en sus pokéballs, un momento ¿puedes entender a los Pokémon?
– ¡Claro!, fui criado prácticamente con ellos, mi padre dice que es un don muy especial el que yo tengo.
– Vaya, si que eres raro.
– ¡Mía!
– Déjala, en parte tiene razón soy un poco raro, ¿me dejarían escuchar que es lo que piensan sus Pokémon sobre ustedes?
– ¡Claro!
– ¡Sí!, yo quiero saber que piensa Oshawott de mí -. Mía era lamentablemente la chica más tonta que había conocido en toda mi existencia, sin embargo era demasiado graciosa y me alegraba el día con sus sarcasmos e ideas estúpidas. Enseguida hicimos salir de sus pokéball a nuestros Pokémon, Snivy y Oshawott, Venipede y Whirlipede.
– ¡ Veamos! -. Pronuncio el chico antes de observar de nuestros Pokémon y tocar sus pequeñas cabecitas.
– Mía, Oshawott dice que eres diferente, eres muy distraída pero él siente que eres muy especial y le alegra mucho que seas tú quien lo hayas elegido y no la ¿pesada de Madi?, Whirlipede simplemente quiere ¿irse? O que desaparezcas pues le desagradas por completo y le pareces ¿una chica tonta? -. De inmediato el puso una cara de estupefacción ante la declaración de Whirlipede.
– ¿Qué?, ¡no te preocupes Whirli querida, pronto no me volverás a ver y la repulsión es mutua! -. Justo al terminar la oración Whirlipede la salpicó nuevamente con ese liquido viscoso y repulsivo.
– ¿Disculpa maldita LAVADORA?, ¿crees que soy tonta? -. Oshawott asentía con la cabeza.
– ¡Pues tu entrenadora no es la más inteligente del mundo sabes! -. Puso su pequeña mano sobre su ojo estirándolo hacia abajo y sacó su tierna y diabólica lengua roja, lo sé trataba de provocarme, Snivy seguía oculta tras mis piernas, le daban miedo los extraños.
– ¿Naivy?, vamos él no te hará daño, solo quiera saber lo que piensas.
– Parece ser que ella se siente muy identificada contigo, creo que serán muy buenas amigas -. El chico parecía ser muy introspectivo lo que me dijo realmente abrió mi forma de ver a Snivy, no la veía más como mi Pokémon, si no como mi amiga.
– Venipede simplemente siente un poco de indiferencia, ella piensa prácticamente lo mismo que su hermana Whirlipede.
– Sí ya lo sabía, ¿así que por eso es que nunca quiere salir de su pokéball?
– Pues si… esa sería una explicación lógica, él siente que aún eres muy nueva en esto como para poder controlar a tus Pokémon.
– ¿Ok?… eso fue todo amigo, no te preocupes también te irás junto con tu hermana bicho.
– Creo que no deberían tratar así a los Pokémon, ellos son nuestros amigos.
– ¿Amigos?, ¡me acaba de escupir una sustancia viscosa en la cara! ¿eso es amistad para ti?
– Mía cálmate, será mejor que nos vayamos, chico N ha sido un gran placer, ¡Mía deja de hacer caras! ¡Basta! -. Grité mientras jaloneaba a Mía para que dejara de pelear haciendo caras cuando el chico N volteaba para otro lugar.
– ¿Qué chico tan raro no? -. Decía Mía en la mesa del centro Pokémon mientras cenaba una Chansey hamburguesa.
– ¿Puedes dejar de hablar mientras comes?, eso es muuuy desagradable y vulgar.
– Bla bla bla bla, vulgar esto, vulgar aquello, ¡me vuelves loca!, ¡iré a terminar mis papas fritas afuera!
– ¡Haz lo que quieras!
– ¡Siempre lo hago, genio!
Esta chica era la persona más desesperante que había conocido jamás enserio, no sé porqué “poke-demonios” la sigo soportando, debería partir mañana a primera hora y dejarla atrás.
– ¡La postal de mamá! -. Recordé en ese momento que Accumula Town era el primer pueblo que había visitado y que prometí enviar una postal electrónica cada vez que llegara a un nuevo pueblo, a cambio obtendría nuevos atuendos con Delibird a primera hora el día de mañana, terminé de hacerla y enviarla cuando de pronto:
– ¡Madison! ¡aaaaaaaaaaahhhh! -. Gritaba Mía asustada desde el patio trasero del Centro Pokémon, salí lo más rápido que pude para ver qué pasaba y estaba ella ahí; siendo acosada por lo que parecía una Sandile, casi muero de la risa al ver que estaba hambrienta y solo le arrebató las pocas papas fritas que le quedaban.
– ¡Jajajajaja!, sí Mía, se ve que es muy feroz y va a destrozarte con esos grandes dientes, ooowww es tan lindaaa mira como trata de devorar la caja completa de papas.
– ¡Mis papas, no, suelta, son mías!
– ¡Mía suéltala!, ¡ella solo tiene hambre!
– ¡Pero son mis papas!, ¡Gasté 10 pokédolares por pedir una ración extra, de ninguna manera te las terminarás! -. Trató de quitarle la caja pero la Sandile corrío hacía los arbustos a terminar con el rico aperitivo que Mía había comprado para saciar su glotona hambre.
– ¡Ojalá mueras de asfixia con una de esas malditas papas! -. Gritaba Mía molesta.
– ¡Mía basta ya!, ¿dime que es lo que pasa contigo?, pareces una loca desde que conocimos a…. ¡oh por dios!, ¿te gusta?, ¡te gusta el chico N!
– ¿Estás demente?, no es para nada mi tipo, es demasiado raro para mí.
– ¡Claro, esa es la razón por la que lo traes tanto a colación cuando platicamos!
– Estás loca, enserio ya perdiste la razón, creo que la bebida de sitrus berry que tomaste tenía algo más que sitrus -. Justo terminó de decir esto cuando la Sandile salió de los arbustos y se pegó prácticamente a su cabello.
– ¡Aaaahhh!, ¡estúpida Sandile, eso es algo sucio, incluso para un Pokémon de tipo siniestro, suelta, suelta mi cabello! -. Mía comenzó a girar para poder zafarse de la mordida de Sandile en su cabello pero no resulto, así que sacó un pequeño “repelente” que apenas había comprado en el centro Pokémon.
– ¿Quieres jugar sucio?, ¡juguemos, toma esto!, ¿te gusta?, ¿te gusta el repelente? -. La Sandile inmediatamente mordió el frasco de repelente y este terminó estallando en la cara de mía, la cual a decir verdad terminó hecho un desastre.
– ¡Jajajajaja!, Sandile tienes más hambre ¿no es cierto?, ¿te parece si pasamos al Centro Pokémon y te doy un poco de comida Pokémon para que así puedas dejar de molestar a Mía? -. Ella asintió con la cabeza, después claro soltó el cabello de Mía el cual también había quedado espantoso.
– ¡Lo pagarás lo juro! -. Sandile miraba indignada a Mía mientras caminábamos al Centro Pokémon, terminó con casi toda la ración de mi comida y al final se quedó dormida frente a nuestra habitación.
– Madison enserio si te la quedas a mi no me vuelvas a dirigir la palabra.
– ¿Qué por qué?, es muy linda además se ve que tiene un carácter encantador.
– ¿Disculpa?, ¡esa Sandile súper obesa terminó con mis papas fritas!
– ¡Toc-toc! ¡Chicas!, soy yo…. La enfermera Joy me dijo que estaban hospedadas esta noche aquí, así que decidí subir para poder avisarles que estaré abajo esperando para nuestro intercambio.
– Sí, ya vamos ¡extraño!
– ¡Mía!, jamás le dices a alguien que no conoces “extraño”, eso es de muy mala educación, puedes decirle, no sé “señor de los trades de bichos” o “entrenador Pokémon que colecciona bichos horrendos”.
– Chicas sigo aquí y estoy escuchando lo que dicen.
– ¡Perdón, ahora bajamos disculpe! -. En cuanto se fue comenzamos a reír como si no hubiera un mañana, estar con Mía en realidad era muy divertido, juntas podríamos ser imparables y ella y yo lo sabíamos ahora a la perfección. Bajamos a la sala de cambios del centro Pokémon para hacer el intercambio, Mía recibió un Pokémon llamado Trapinch, mientras que yo recibí uno llamado Eevee, ¡simplemente genial!, antes de ir a retar a el primer gimnasio Pokémon ya teníamos la posibilidad de ser más fuertes que otros entrenadores.
– ¡Muchas gracias! -. Pronunciamos las dos al mismo tiempo.
– ¡No es problema!, solo una cosa ustedes están algo… trastornadas y quiero que se alejen de mi.
– ¡Jajaja! Esa debe de ser Mía, porque yo estoy haciendo uso pleno de mis facultades mentales, ¡Ella le iba a poner “LAVADORA” a unos de sus Pokémon!
– ¡Aaahhh aléjense de mí, hasta luego! -. El extraño coleccionista salía corriendo dramáticamente del Centro Pokémon.
– ¿Ya enviaste la postal a tu mamá?
– ¡Sí!, después del almuerzo partiremos ¿está bien?
– ¡Claro, iré por otra Chansey Hamburguesa!
– Mía es la cuarta que te comes.
– ¿Y?, ¿cuál es tu problema?
– No ninguno, solo que cuando seas una ENORME SNORLAX no vayas a pretender que yo te cargue.
– ¡Pues prefiero una SNORLAX a ser una fea SUDOWOODO!
– ¡Ahhhhh maldita, ya quisieras mi figura!
– ¡Como sea, comeré otra hamburguesa!
– Te espero en la salida del centro Pokémon en 10 minutos, vamos Eevee y Naivy.
A la salida del Centro Pokémon se encontraba Sandile, quien se acercó a mi saltando ligera y armoniosamente, parecía que quería más comida o algo así.
– ¡Sandile querida!, no tengo más comida lo siento -. Sin embargo ella negó con la cabeza, ¿si no era comida entonces que era lo que en verdad pretendía aquella tierna Pokémon?
CONTINUARÁ……………