Dolor, resentimiento y venganza. El fuego ha quemado mi alma y el viento terminó llevándose las cenizas que quedaron de ella, ¡quiero venganza!, la quiero y la obtendré. No sé cómo, ni cuándo, pero cuando tenga la oportunidad no la rechazaré. A esta venganza no podría llamarla justicia, pues en verdad deseo solo la muerte, no podría llamarme héroe cuando estoy a un paso de convertirme en el villano y ahora jamás podré ver la luz, pues la oscuridad comienza a consumirme.

 Killyan Curt

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Capitulo 5: Obligación

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El rey había prohibido que saliéramos al bosque, pero este invierno hacía mucho frio, mamá prometió hacer una cena deliciosa para mi regreso, ya era 15 de diciembre, los Abomasnow comenzaban a bajar al monte en busca de lugares más calidos, así que comenzaba de lleno el invierno, a la entrada del pueblo me dijeron que tuviera extremo cuidado, ya que los Pokémon salvajes como antes los conocíamos habían cambiado, se habían vuelto agresivos y hostiles, estaba recolectando madera, el invierno sería largo y más frío que en otros años, los Abomasnow se sentían acorralados y provocaban más ventiscas de lo común, este año mamá ganaba un poco más de dinero, lo más seguro es que pudiéramos hacer una cena decente para navidad pues nunca habíamos hecho esto otros años, ¡esta navidad todo sería diferente!, me emocionaba mucho a pesar de que ya soy un poco mayor, 16 años casi 17 para ser exactos, pero era la primera navidad la cual festejaríamos un poco mejor que las otras, la vista al pueblo desde el risco era hermosa, todo se veía muy pequeño, las luces mucho más brillantes, al igual que esa luna que está justo ahora con una luz tenue y especial, el cielo estaba despejado esta noche, a pesar de ser tiempo de guerra yo no perdía la esperanza de que esta vez la paz ayudaría mucho más que una guerra, los Pokémon son criaturas sensibles, como mi viejo amigo Suicune, sí, así es; yo había conocido al Pokémon legendario Suicune años atrás, él no era de por aquí, lo encontré cierto día que me perdí en el bosque, junto a un lago cristalino, justo en el centro estaba Suicune, resbalé al agua y fue cuando él me salvo, pues en todos estos años aún no aprendo a nadar, lo sé, soy algo torpe para ello, como un potranco, decía mi madre cuando trataba de enseñarme jajaja.Como les dije Suicune me salvó, desde entonces somos muy buenos amigos, siempre en los inviernos viene a esta región, llega desde un lugar lejano, más allá del mar. Me cuenta historias asombrosas de los humanos de esas tierras, de lugares desconocidos, tierras salvajes, Pokémon maravillosos, es muy interesante pasar el día escuchando sus historias, algún día quiero viajar por el mundo, para ver todo lo que mi viejo amigo me ha contado.

– ¿Kill, estás por ahí? -. Era él, sabía que estaría rondando este bosque.

– ¿Suicune?, ¡sí, soy yo!, estoy recolectando leña para el invierno, ¿me ayudas?

– Claro. Estaré ahí en un segundo -. De entre los arbustos saltó un gran cuerpo azul y ágilmente cortó varias ramas de árboles secos, que caían justo frente a mí.

– ¡Muchas gracias amigo, hubiera tardado mucho tiempo si no me ayudas!, que bueno que te apareciste por aquí y dime ¿qué tal estuvo tu viaje de regreso? -. Pregunté curioso pues así era siempre como iniciaban esas grandes historias que me contaba el viejo Suicune.

– Muchacho, ha sido muy agotador, esta gran región está mucho más lejos que las otras, he tenido que recorrer muchos mares, días largos y noches cansadas, pero al fin estoy aquí como lo prometí desde que te salvé, nosotros seremos amigos siempre, por cierto, te traje un obsequio, los ancianos de una torre la llaman “Agua mística”, entregada a los “Héroes del mar”, por los mismos Pokémon acuáticos, te la traje como un recuerdo de nuestra amistad -. De un arbusto sacó algo que parecía un pequeño cristal en forma de gota de agua, que contenía en su interior agua de un color azul cristalino, era hermosa, la tomó y la puso en mis manos.

– Vamos, póntelo, quiero que recuerdes siempre a este viejo Pokémon yo siempre vendré a visitarte, cada invierno lo sabes.

– ¡Muchas gracias!, eres el mejor, conservaré este recuerdo siempre lo prometo -. Sonreí mientras me ponía ese dije de agua, era algo peculiar, cuando lo usé me sentí algo raro, una conexión, tomé la leña y le dije a Suicune que me acompañara lo más cerca posible de la aldea para que me hablara de todo los Pokémon que había visto en su viaje aquí. Íbamos camino a casa cuando de pronto Suicune se detuvo.

– ¡Kill!, no te muevas, espera aquí -. Noté que su rostro se llenó de sombras, algo malo estaba ocurriendo.

– ¿Qué pasa? ¡Yo puedo ayudarte, Suicune!

– ¡Quédate aquí Kill, no puedes hacer nada! -. De pronto escuché una explosión a lo lejos y vi como él había fuego cerca de la aldea, ¡MI MADRE! Fue lo primero que vino a mi mente, solté la leña que había recolectado y me eché a correr.

– ¡Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaá! ¡Mamaaaaaaaaaaaaaá! -. Gritaba afuera de mi casa, estaba pensando lo peor, un gran dolor invadió mi mente, la aldea completa estaba en llamas.

– ¡Mamá! ¡Nooooo!, ¡Noooo!, ¡esto no puede estar pasando! ¡Tú… tú noo! ¡Mamá! ¡Maaamaaaaá! ¡Mamá! -. Traté de entrar a la casa pero en ese momento se derrumbó.

– ¡Suicune! ¡Suicune! ¡Tienes que ayudarla! ¡Apaga el fuego suicune! -. Gritaba llorando y lleno de histeria. De pronto el fuego de la aldea comenzó a apaciguarse y pude ver a lo lejos varios Mightyenas uno de ellos traía una antorcha en el hocico. ¡FUERON ELLOS!, quise correr  a alcanzarlos, pero tropecé, mis fuerzas se habían esfumado, lo único… lo único que quería era morir ahí mismo. Mis ojos seguían inundados de lagrimas, mis pies se negaban a correr tras ellos, era como si la vida se hubiera escapado de mi cuerpo.

– Suicune…Suicune… -. Logré ver como el fuego se apagaba por completo y comenzaba a llover, antes de perder la conciencia.

– ¿Kill?, Killyan amigo, despierta -. Podía sentir un viento helado, este rodeaba mi cuerpo. Cuando desperté recordé lo que había pasado, rodeé mis piernas con mis brazos y nuevamente comencé a llorar. Estaba fuera de mí. Recordando toda mi vida al lado de mi madre, ahora… ahora yo no tenía a nadie. Papá había muerto poco después de mi decimo cumpleaños, mamá era…. mamá era la única familia que tenía y ahora… ella…. ella ya no estaba más.

– Kill, amigo. Lo siento -. Dijo Suicune..

– ¡Tu pudiste salvarla!, ¿por qué no lo hiciste, por qué?

– Kill, tenía que salvar a todo el pueblo, no podía hacer todo. Lo siento cuando llegué era demasiado tarde .-. En ese momento un sentimiento maligno rodeó mi alma, yo…. yo deseé no volver a verlo, odié a Suicune.

– Eres un… ¡no quiero volver a verte, quiero que te largues, quiero que todos desaparezcan, quiero que nunca, nunca nos volvamos a ver! ¡Te odio, te odio, por tu culpa ella está muerta!

– Kill, entiendo tu dolor…

– ¡Tú no entiendes NADA, tú no entiendes el dolor de los humanos, porque no eres uno de nosotros, tú no sabes de sentimientos porque eres un Pokémon, largo!

– Ella tenía en su mano esta carta, supongo que la tomó antes de que todo pasara. Lo siento de verdad muchacho. Si yo pudiera hacer algo -. Tomó la carta y la puso a un lado de mis piernas, la mayoría estaba quemada.

– Pero no puedes, ella está muerta. Quiero que te vayas, no quiero volver a verte de nuevo -. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, pero aún así pude ver como la cara de Suicune se entristecía cuando le dije esto.

– Será como tú quieras muchacho, cuídate, un largo camino te espera y que el viento del norte te proteja -. Dicho eso se marchó a la velocidad que siempre lo hacía, sentía un gran dolor en mi alma, el hueco donde debería ir mi corazón ahora estaba vacío. Estaba solo en el mundo. Muchas personas habían muerto esa noche, incluso una de las que yo más amaba en este mundo.

– Los Mightyena -. Vino a mi cabeza esa imagen, cuando me miraron sentí que lo hacían con burla, como si esto fuera sido intencional, tal vez una advertencia de parte de los Pokémon. Ellos, ellos pagarán por lo que hicieron. Empuñé tierra en mi mano, justo en ese momento comenzó a amanecer, me propuse a leer la carta, o mejor dicho lo que quedaba de ella.

“Estimado Virgil Mercier:
 
No sé si me recuerdes, tal vez tu memoria falla, o tal vez no quieras recordarme,  soy Hilda Curt Kraven, el motivo por el cual te escribo esta carta, es porque mi hijo Killyan Curt, “Tu ahijado”, va a pasar su cumpleaños 17 solo,  ya que mi madre está en su lecho de muerte y tendré que ir hasta el otro lado de la región para verla por última vez antes del final, quería pedirte como un favor especial; que te hagas cargo de tu ahijado hasta mi regreso, supe que tienes una buena posición trabajando junto al Rey de Unova, así que te lo pido, no te vayas a negar ante este favor, supongo que pueden ser buenos amigos y conocerse, después de todo creo que son muy parecidos, además sería una buena oportunidad para que convivieras con él ahijado que NUNCA mencionas ni visitas, yo partiré mañana, hoy en la noche le daré la noticia a mi hijo y le diré como encontrarte en el palacio, también espero puedas ayudarlo a conseguir un trabajo como tu mozo o algo parecido, ya que en casa faltan muchas cosas. No me gustaría que mi hijo pase más miserias. Muchísimas gracias por todo y espero nos podamos ver pronto.
 
Con cariño
 
Hilda”

 

Después de leer la carta supe que no estaba solo, sí, pero ¿qué tal si ese señor del que soy ahijado no me quiere o le molesta tener un ahijado pobre? Entonces ¿qué haré?

Llorando tomé la decisión de ir a verlo, él tenía que saber lo que había pasado con mi madre y ayudarme, le diría lo de los Mightyena, para que me ayudara a vengar la muerte de ella, matando a esos Pokémon salvajes que tanto odio. Así que hice lo que tenía que hacer, robé un Rapidash de las afueras de un establo y me abrí camino hacía el castillo de Unova, galopando y preguntando pude llegar casi moribundo hasta ahí. Varios guardias custodiaban las entradas al reino de los alrededores del castillo, yo no podía más habían pasado ya dos días desde aquel horrible suceso, caí al suelo justo frente a los guardias, ya que el Rapidash estaba cansado también, uno de ellos me ayudó a ponerme de pie.

– Virgil… Virgil Mer…

– ¿Virgil Mercier? -. Dijo justo antes de que me desmayara, cuando desperté estaba recostado en una habitación algo lujosa para ser de un simple caballero del rey. ¡La carta!, no la tengo. ¿Con qué razón le diré a Virgil que vine a verlo? Buscaba por todas partes hasta que vi que entró un hombre alto con una barba oscura de ojos de un color amarillo que parecía miel, vestía de azul.

– ¿Eres en realidad hijo de Mercier?

– ¡Noo, claro que no!, ¿cómo se atreve? -. Pregunté algo sorprendido por su pregunta ¡mi madre era una mujer casada y decente!, ¿cómo se atrevía este imbécil?

– Bueno entonces ¿qué es lo que quieres? -. Preguntó muy seriamente aquel hombre.

– Lo que dice en la carta, ayuda por parte de Virgil.

– ¡Por favor!, ¿qué clase de ayuda te podría dar yo?, ¡soy tan pobre como tú! -. Entró abriendo la puerta otro hombre de cabello negro con un camisa blanca y pantalón verde.

– ¡Virgil!, tranquilo, es solo un niño.

– ¿Un niño, por qué habría de ayudarlo?, debió llevárselo su madre, yo no tengo por qué cargar con esta responsabilidad, que ni si quiera me corresponde, ¡esto no es mi OBLIGACIÓN!

– Mi madre… mi madre murió anoche… en un incendio de mi aldea -. Contesté herido, el hombre resulto ser un maldito, tal como lo pensé. En ese momento me puse mis botas y salí de ese lugar, no tenía por qué soportar malos tratos, ¡yo me las arreglaría SOLO!

– ¡Oye oye espera, yo no sabía eso! -. Me detuve, de nuevo mis ojos lloraban, el sólo recordar que mi madre era un triste recuerdo para mí,  pues apenas era un hecho reciente. Yo sólo quería venganza y olvidar lo que paso.

– Pídele una disculpa Virgil, es un niño, si tú no le brindas tu ayuda y apoyo yo lo haré -. Dijo el otro hombre.

– Está bien, lo haré, chico espera, yo… yo no sabía que tu madre murió anoche ¿qué pasó? -. Tomó mi hombro preguntando, de alguna manera me sentí bien en ese momento, algo en el me era familiar.

– Aye… ayer…. estaba recolectando… recolectaba leña por que el invierno sería frio, mamá me dijo que…  que prepararía una deliciosa cena para mi regreso… Pero…cgg…cuando…. cuando volví… todo estaba.… la casa…. y la aldea completa… estaba en llamas -. Me dio un fuerte abrazo al ver como mis ojos se oscurecieron de tristeza y no pude continuar hablando más, un nudo en la garganta me impedía hablar más.

– Lo siento mucho hijo, en verdad siento mucho tu pena -. Sentí que era sincero, fue muy cálido sentir que alguien estaría aquí para mí. En ese momento apareció tras el pasillo de ese cristalino castillo una mujer.

– Su majestad quiere verlos, lleven al ladrón.

– ¿Ladrón, que ladrón señorita Úrsula?

– ¡Por favor, el mocoso que estas abrazando es un vil Ladrón! El rey ha pedido que lo entreguen a las autoridades, robó un Rapidash anoche.

– ¡No, eso no es cierto, lo iba a devolver, lo juro, sólo lo tomé para venir aquí a verlo a usted señor, lo juro, no deje que me lleven por favor!

– ¡Eso es lo que dicen exactamente todos los ladrones justo antes de ser condenados a la orca! -. Dijo esa rara señorita de cabello blanco y ojos azules.

– ¡Guardias tráiganlo! – Virgil se había quedado solo mirándome, sin hacer nada, él era una farsa, justo como Suicune.

– ¡Un momento!, yo iré con ustedes.

– Él no es un ladrón, esto es un malentendido, yo mismo lo aclararé con su majestad, ahora ¡suéltenlo!, ¿qué no ven que sólo es un niño? -. Sus palabras me hicieron sentir aliviado. El rey estaba rodeado de guardias con armaduras muy brillantes, reflejaban las luz de tanto brillo, el centro del palacio era hermoso, todo era de cristal, podía ver el cielo.

– ¡Su majestad Rey Grupious Harmonía II va a tomar la palabra! -. Dijo fuertemente uno de los soldados que lo acompañaba alrededor del trono, él en persona se paró y se acercó a mí.

– Jovencito, ¿es usted el que ha sido acusado de robo?

– Así es majestad, ¿podría…..podría decirle algo antes de que mi Lord me… me… condene a la orca? -. Pregunté algo asustado tragando saliva.

– ¡Jajaja!, ¿pero quien le ha dicho a usted semejante barbaridad?, yo jamás condeno sin escuchar -. Dijo aquel anciano rey amablemente.

– ¡Pero su majestad, usted tiene aquí la prueba, el dueño de ese Rapidash ha pedido justicia, no puede dejarlo en libertad, tiene que recibir un castigo!

– Basta Señorita Úrsula, él es solo un niño, ahora, joven Killyan Curt ¿le gustaría explicarme con calma lo que en realidad pasó? -. Pasó un rato cuando le conté todo lo que había pasado nuevamente al rey, todos estaban escuchando mi historia, como había perdido a mi madre en aquel incendio y por que decidí robar ese Rapidash.

– ¿Está usted consiente señorita Úrsula?, ¿no cree que el joven ha recibido su castigo desde antes ya?. Haber perdido a su madre, es lo peor que le puede pasar a un hijo, yo relevo los cargos en su contra, y no sólo eso.

– ¿Qué? Majestad no creo que sea…-.  El Rey cayó a Úrsula con solo un movimiento de su mano.

– Joven Killyan, ¿le gustaría trabajar con mis mosqueteros? Claro, antes tendrías que recibir un duro entrenamiento para formar parte de ellos. Pero por lo pronto serás su joven mozo y cuidarás los intereses de la corona a todo precio, ¿acepta usted el cargo? -. ¡No podía creer lo que su majestad estaba proponiéndome! ¡Era… era un sueño hecho realidad! ¿yo, trabajar para la corona, junto con los mosqueteros?, ¡era lo mejor que me había pasado en mucho tiempo!

– ¡NO TE PASES! -.  Todos se asombraron ante mis palabras, claro era de esperarse. ¡Era de muy mala educación referirse al rey con esas palabras!

– Jajaja, veo que ha aceptado usted el cargo joven Killyan

– ¡Perdón, perdón! Majestad, es que… estoy muy emocionado, ¡esto es… esto es un sueño, es muy grande, no puedo creerlo !-. Virgil moría de risa ante mi reacción, bueno, mejor dicho todos lo hacían, a excepción de la Señorita Úrsula que continuaba viéndome con esa mirada llena de odio e infinito desprecio, era como si mi llegada hubiera arruinado su vida, me sentía algo apenado por ello, lo menos que yo quería era causar molestias.

– No se preocupe más “joven mozo”, ahora, la servidumbre le dará una habitación en el palacio, mañana iniciará con su trabajo, creo que ahora debe de estar usted hambriento y cansado ¿no es así?

– Sí majestad, ¡muero de hambre!, ¿me daría usted permiso?

– ¡Pero claro!, vaya a alimentarse que mañana iniciará una nueva vida para usted, ha sido todo un placer Joven Killyan.

– El placer siempre será mío su majestad, con su permiso -. Me retiré a donde estaba Virgil, creo que esperábamos que el hombre de azul hablara con el rey o algo así me dijo Virgil.

– Ella está recuperándose su majestad, esperemos que mejore pronto.

– Muchas gracias Caius, pasaré personalmente a verla esta noche, espero con todo el corazón que la salud de Lady Melissa mejore pronto -. Lady Melissa, ¿quién será?, me pregunté. De pronto Virgil me invitó a salir del palacio rumbo a mi nueva habitación, ¡todo era hermoso, mi cama, era lo mejor del mundo, nunca había tenido una buena cama así que la disfrutaría como nunca! Cené como si estuviera a punto de morir de hambre. Virgil y su amigo que ahora se que se llama Caius me miraban con risas en sus rostros, parecía que seríamos buenos amigos, poco después llegó su amigo Thom, el fortachón del equipo, parecían buenas personas, Thom me enseño varios trucos que hacía con su espada, por fin comenzaba a olvidar lo que era estar solo, ellos eran ahora mi nueva familia, recordé con tristeza como corrí a Suicune y la venganza que prometí la cumpliré, no sé cómo ni cuándo, pero juré que lo haría y lo voy a cumplir, esos sucios Mightyena pagarán.

– ¡Oye hijo, olvidaste esto en la otra habitación! -. Me lanzó mi “Agua Mística”, la empuñe y entendí entonces que Suicune no tenía la culpa y que tal vez nunca lo volvería a ver.

– ¿Qué es eso eh? -. Me preguntó Caius algo curioso por saber, cuando me lo colgaba al cuello nuevamente.

– Es “Agua Mística”, un amuleto entregado a los héroes del mar por los mismos Pokémon acuáticos.

La venganza puede ser un camino equivocado, el dolor puede cegar tu pensamiento y la ira puede ser confundida con la tristeza, tengo en claro mi promesa, convertirme en un valiente es ahora mi deber.

 CONTINUARÁ…