Un río implacable de venganza no deja nada bueno a su paso, una sensación de quietud siempre debe guiarte por el buen camino, ¿Cómo puedes olvidar todo aquello que te provoca odio?, no lo puedes olvidar, simplemente tienes que luchar contra ese sentimiento, puede que esté llena tu alma de rencor pero debes de aprender a diferenciar un buen corazón de una persona con ausencia del mismo, una pelea no arregla las cosas, la guerra nunca cede paso a la paz y la venganza jamás suplantará a la justicia. ¿Tienes clara tu promesa?, convertirte en un valiente será ahora tu deber.
Virgil Mercier

______________________________________________________________

CAPITULO 14: Verdades

______________________________________________________________

– ¿Ha mandado Úrsula a hacer una fiesta a vuestros nombres?, eso si no es de creerse, simplemente no lo concibo, ¿Cuándo ella se volvió tan benévola? -. Decía Kyllian desconcertado ante mis palabras, es así como lo estoy diciendo la nueva reina de Unova, “Úrsula Moore” había mandado traer desde la ciudad de Castelia platillos exquisitos para que vosotros los mosqueteros disfrutáramos de una fiesta justo antes de ir a entrenar para la guerra. Úrsula siempre había sido grosera y frívola, a veces dudaba que si quiera tuviera un corazón que pudiera tocar algún sentimiento, pero de la nada surgió esta idea de festejarnos, como si sintiera cierto afecto hacía nosotros, algo que a decir verdad yo dudaba demasiado, pues a pesar de todos mis intentos ella jamás me había hecho caso alguno ante mis fuertes insinuaciones de que hubiera algo entre nosotros, claro algo como pareja, parecía hasta que me tenía cierta “repulsión”.

– ¿En qué piensas Virgil?

– No, no, mira que no pasa nada, sólo pensaba en las payasadas que le he hecho a Úrsula y aún así después de todo, nos hará una fiesta ¿en vuestro honor? -. Kyllian tenía una cara de confundido que ni el terminaba de digerir la noticia, ya que pues un día después de dichosa cena, teníamos pensado salir a entrenar al bosque Royal Crown.

– ¿Y entonces?, ¿sigue en pie nuestro entrenamiento en Royal Crown?

– ¡Pero por supuesto chico!, no me perdería de tal experiencia con vosotros por nada, los chicos están más que listos y pues, partiremos mañana al amanecer ¿te apetece?

– Eso estaría muy bien, pero solo un consejo, no le digas nada a Úrsula, creo que eso arruinaría todo.

– ¿Sabes tú algo que yo no?, o por que tanto misterio con vosotros, si me refiero a Úrsula contigo, ¿pasa algo acá que yo no me he enterado? -. Enarqué una ceja, a ver si así Kyllian confiaba más en mí y terminaba de contarme que pasaba con Úrsula, desde que el llegó aquí, yo noté ciertos desacuerdos entre ellos, la forma de pensar de Úrsula y de Kyllian, chocaron un par de veces, ella era muy culta y estricta, mientras que Kyll era solo un joven con una sonrisa siempre en el rostro.

– No, por supuesto que no, solo que tu sabes que yo y la “señorita” Úrsula no coincidimos en vuestras ideas, somos algo diferentes y esto terminaría afectando su relación con ella, es a lo que me refiero sí, no quiero causar más problemas a vosotros con “La reina”.

– ¿Y esos sarcasmos?-. Volví a enarcar la ceja, parecía que esa vieja técnica que usaba mi padre conmigo ya no funcionaba en la actualidad, estos chicos de ahora, no sé a que le teméis.

– ¿Qué sarcasmos? -. Contestó Kyllian mientras se levantaba con el saco de comida para alimentar a los Ponyta del establo.

– Bueee, yo te dejo mejor, que si vos no me tenéis confianza lo mejor será parar este interrogatorio, ¡partimos mañana!, ¡nos divertiremos mucho!, ¿vos sabes pescar?, por que yo no… -. Arrojé un poco de paja a la cabeza del muchacho, lo sé para mi edad esto son niñerías, pero lo hacía por el, una sonrisa en tiempos de guerra suele ser la mejor medicina para la desolación.

– ¡Basta, basta!, ¡déjame de arrojar eso o te juro que lo pagarás!, mira que aunque seas vuestro padrino yo he derribado Abomasnow y de este tamaño -. Señaló haciendo una especie ademán en donde daba a entender que el Abomasnow era tremendamente más grande, lo cual causó un ataque de risa en mí.

– ¡Jajaja!, ¿No querrás decir un pequeño Snover? -. Hizo una cara de molestia pero luego se hecho a reír conmigo.

– ¡Algún día seré más fuerte que vos ya verás! -. Arrojó paja a mi cara.

– Bueno, “ahijado” me retiro ya, que tengo que ir a platicar con los chicos y ver si me pongo “guapetón” para de una vez por todas conquistar a la pequeña y sexy bruja de Úrsula.

– Lo mejor será que te alejes del demonio…

– ¿Qué dices? -. No había entendido bien sus susurros.

– No nada, que es tan mala como un demonio, más vale que tengas cuidado con ella.

– Sí, sí, ¡no me vaya a morder la fiera!, ¡Grrrrrr! ¡Jajaja! -. Salí de las caballerizas apurado pues una hora atrás me habían avisado que Úrsula quería hablar con nosotros antes de vestirnos para la cena de gala.

– ¿Mosqueteros?, me tomé la molestia de llamarlos solo para pedirles un tremendo favor, hoy no quiero que sean fieles soldados de la corona, hoy ustedes serán tratados como lo que se merecen, como basu… ¡unos grandes condes! -. Aplaudió Úrsula, podía sentir el sarcasmo en sus palabras, la hipocresía no era su más grande virtud por lo que veo, Thomas aplaudía como tonto pensando que lo que había dicho Úrsula era en buen sentido, el dejó de aplaudir cuando Caius y yo posamos nuestras miradas molestas sobre el.

– ¿Qué? -. Preguntó Thomas atónito, yo solo giré los ojos haciendo un “Thomas eres un idiota”, a lo que reaccionó rápidamente parando de aplaudir.

– Bueno, está bien hago esta fiesta en beneficencia a… ¡Los niños pobres! ¡Jajaja! -. Reía demencialmente Úrsula, quien se encontraba sentada en el nuevo trono del palacio, hecho ni más ni menos que solo de cuarzo negro, ella como era de acostumbrarse vestía una especie de vestido negro muy excéntrico, algo muy singular de ella, ¿quién diablos diseñaba su ropa?, creo que debería mandar a la orca a su sastre en lugar de a tanta gente pobre que condena a diario, pero bueno el punto es que por alguna razón ella se encontraba de muy buen humor, algo sin duda muy extraño en ella.

– ¿Qué?, ¿nadie más está de buen humor?

– Con todo respeto su majestad, sus chistes son algo crueles.

– ¿Perdón?, ¿eres acaso un verdugo para saber lo que es cruel o no? -. Preguntó Úrsula enfadada ante la declaración de Caius.

– No, mi reina.

– Eso mismo pensé, ahora sella tu boca.

– Los mandé llamar por que quiero que se comporten civilizadamente ya que vendrá gente muy importante a esta cena la cual tuve que inventar que era “en su honor”, ¡Ja!, ¡como si lo tuvieran! -. Desde un principio yo me había dado cuenta de que esto era un teatro más, con otras intenciones, como todo lo que hace Úrsula Moore.

– ¿Quiénes serán vuestros honorables invitados mi lady? -. Preguntó Thomas curioso.

– Sólo personas de alta sociedad, ustedes no tenían nada que hacer entre ellos, pero desgraciadamente me pidieron tener a “ciertas personas” presentes, para poder estar aquí, así que les ordeno que se comporten.

– Como usted diga “mi lady”, ahora ¿podemos retirarnos ya? -. Mi gesto de flojera enfureció a Úrsula, reaccionando rápidamente a darme una bofetada.

– ¡Eso fue para que despiertes! -. Sobando mi mejilla ella me miraba con odio.

– ¡Pueden retirarse ya! ¡Vamos!

¿Úrsula pidiéndonos favores?, parecía que el Apocalipsis se acercaba, ¿o eso fue ayer?, cuando soñé que ella entraba con un arma punzo-cortante a mi habitación justo a media noche. Como sea que fuera ahora ella era lastimosamente nuestra reina, debíamos obedecerla o poder soportar las consecuencias de nuestra desobediencia, había un traje sastre para cada uno, la hora se acercaba y nuestra presentación oficial como los mosqueteros al “servicio de la corona” estaba a punto de comenzar. Terminando de tomar un baño un fuerte dolor de cabeza atacó mi mente, frente a mis ojos pude ver borrosamente como fue que Úrsula se encontraba en la habitación de su majestad el día de su asesinato, ¿habrá tenido algo que ver ella en su muerte? La verdad no sabía ya ni que pensar, todo en el castillo era muy raro, muchas veces vi entrar a un tipo extraño, que vestía como los asesinos a sueldo de las ciudades bajas del reino, aunque no creo que ella haya sido capaz de asesinar al rey a sangre fría, su majestad la consideraba como su hija, era imposible que ese pensamiento rodeara mi cabeza, ¿podría Úrsula tener la sangre tan fría como para asesinar a una persona?, tal vez ella no era la persona más dulce y amable del mundo pero no creo que fuera una asesina… ¿o sí?

– ¡Virgil! ¡Apresúrate! ¡Los invitados ya llegaron y Úrsula está furiosa preguntando por ti!

– ¿Qué? ¡Ya voy! -. Salí apresurado hacía la recepción del palacio, estaban ahí grandes personalidades del reino, tanto famosos escritores, como los condes del norte de Unova. Daba la impresión de que la “nueva reina” no había escatimado en gastos, todo era de muy buena calidad, alcancé a ver dos copas de oro desamparadas que si claro nadie se daba cuenta, terminarían obviamente en mi bolsillo.

– ¡Con ustedes la reina de Unova, Úrsula Moore!-. Apareció Úrsula; en ese momento lucía hermosa, sus ojos azules desbordaban lujuria esa noche, o bueno más bien creo que eso lo dice mi mente, pero aun así lucía malvadamente hermosa, su capa de “reina” arrasaba con varios metros de largo hecha solo de pieles negras, su vestido rojo como la sangre parecía sacado de una retorcida y a la vez hermosa imaginación, su corona de cuarzo y diamantes hacían que su cabello blanco pareciera opacado por su brillo, simplemente era una mujer exorbitantemente bella.

– ¡Buenas noches Unova!, ¡me presento hoy ante la sociedad como su nueva reina, esta noche Unova deja atrás sus tiempos de falsa paz y entra en periodo de guerra contra los Pokémon y les juro por mi vida, que ellos pagarán! -. Una gran ovación de aplausos sacudió el castillo, tras las palabras de la nueva reina, yo atónito sólo examinaba su belleza, cuando de pronto ella se acercó a mí.

– ¿Acaso tiene mi cara algo inusual? -. Preguntó Úrsula enojada.

– No, ¡claro que no!, es solo que luce usted hermosa esta noche -. En ese momento se acercó Sirnight a ella, jalándola del brazo.

– ¡Úrsula!, ¿puedes venir?, hay alguien que quiere saludarte -. Terminó llevándosela, parecía estar celoso o algo por el estilo.

– ¡Virgil!, no sería muy decente de tu parte llevarte esas copas que traes en los bolsos de tu traje -. Me dijo al oído Caius.

– ¡Está bien, está bien!, ¡las dejaré!

– Sí, eso no sería decente Virgil, mejor llevemos cuatro, dos tú y dos yo -. Dijo Thomas riendo.

A la mitad de la fiesta llegaron dos invitados muy raros a la fiesta, uno de ellos vestía una capa negra con destellos azules eléctricos, el otro parecía un simple sirviente aunque, a mi parecer eran muy raros, ¿De fuera tal vez?, decidí ir a hacer plática con el sirviente del invitado especial de Úrsula.

– ¿Eres de por aquí chico?

– ¡No molestes! -. El hombre se molestó y se dio la vuelta tras mi pregunta, pero en su cuello pude ver una especie de tatuaje brillante, era de algo que parecía un relámpago.

– ¿Te gustan los truenos?

– ¡He dicho que no molestes! -. Sacó en cuestión de segundos una afilada cuchilla.

– Ups, ¡perdona! No pensé que te molestara hacer amigo -. En ese momento salí de ese lugar directamente a revisar su carruaje, le pedí al mozo que los recogía que me dijera cual era el carruaje del ultimo invitado que había llegado a la fiesta; así fue, iba en camino a investigar el carruaje del invitado “especial” de Úrsula, cuando de pronto escuché voces adentro del mismo.

– Muchas gracias por decirme todos los planes del consejo, te prometo que tu premio será muuuuuy especial Zekrom -. ¿Zekrom había dicho?, eso… ¡Eso era imposible!, Zekrom era el dragón legendario del trueno, ¿tenía Úrsula tratos con los Pokémon?

– ¿Escuchas algo? -. Preguntó el hombre al que Úrsula llamó Zekrom.

– En lo absoluto -. Contestó Úrsula desconcertada, justo cuando Zekrom dijo esto se apresuraron a bajar del carruaje a investigar, a lo que yo rápidamente reaccioné subiendo al techo del castillo con una liana creada por mis habilidades con las plantas.

– ¡Alguien escuchó nuestra conversación!, ¡estoy seguro!

– Tranquilo Zekrom, si alguien lo escuchó yo lo sabré con la ayuda de Sirnight -. ¿Sirnight? ¿qué tenía que ver el con esto?

– ¡Ese malviviente psíquico no ayuda nunca en nada!

– ¡Pues sus habilidades psíquicas me han servido a mí! -. ¿Sirnight tenía poderes psíquicos?, esto cada vez era más raro.

– Vamos adentro, tienes que despedirte de mí como se debe, ¿O es acaso que ya se te olvido lo que “caballerosidad” significa?

– ¡Por supuesto que no!, al igual que a ti jamás se te olvidará lo que “Oscuridad” significa.

– ¡Ja! ¡Que galante! -. Dijo Úrsula mientras tomaba al hombre del brazo y se encaminaban hacia la sala de ceremonias de nuevo. Algo estaba pasando aquí y yo jamás me había dado cuenta, esto era muy fuerte como para que Úrsula mantuviera tratos con los Pokémon, primero voy a investigar que pasa y después hablaré con los chicos sobre esto, no quiero meterme en problemas sin antes saber a lo que me enfrento, al descubrir que Úrsula tiene tratos con los Pokémon sin prueba alguna iría inmediatamente a la horca, condenado por alta traición, así que obviamente necesito investigar la clase de terreno por la que estoy a punto de emprender mi camino. Salí apresurado hacía el despacho de Úrsula para buscar pruebas contundentes sobre lo que estaba pasando y darme cuenta del juego que la nueva reina estaba jugando, ¿Por qué ponernos en guerra contra los Pokémon cuando Úrsula está teniendo tratos con ellos?, todo esto era demasiado extraño, hurgando en la biblioteca de despacho encontré lo que parecía una especie de libro muy antiguo, su portada estaba hecha de cuero negro y al inicio tenía cuatro letras “D” en cada esquina, lo abrí parecía una lengua antigua pero era un poco entendible, comencé a leer y transcribir al lenguaje normal un fragmento del mismo:

Mientras el delgado filo de maldad continúe haciéndole compañía a la dama de las sombras, la justicia no existirá, la felicidad se verá opacada por la tristeza y el odio dominará hasta el más recóndito espacio en sus almas. El más valiente se convertirá en un cobarde bajo las penumbras… El más listo será engañado por la astucia de la oscuridad y el más fuerte caerá rendido ante la fuerza implacable de la noche… Hay solo una forma de detener la eterna llama del inframundo, ¡encierrenla! ¡encierrenla en el fondo de su propia y putrefacta alma!, los días de caos y terror pueden ser detenidos por la fuerza de tres, la fuerza de tres que elegirán a el cuarto, cuando el número cuatro esté listo, de nuevo surgirá la guerra, pero será una guerra llena de paz, juntos desbordaran aquella arma que va en contra de la venganza y que los mortales podrán llamar algún día JUSTICIA”

– No puede ser, ¿qué clase de libro es este? -. Lo miraba fijamente mientras escuché que alguien se acercaba, me apresuré a poner el libro en su lugar y salí lo más rápido posible hacia la ventana.

– Sirnight alguien anda merodeando por todo el castillo, ¿has visto a los mosqueteros?

– De hecho los tres se me perdieron de vista desde hace una hora en la fiesta, ¿en serio te preocupan tanto esas basuras?

– Basuras o no, tú y yo sabemos que no pueden enterarse de nada ni huir de tus poderes psíquicos, encuéntralos y uno a uno quiere que les borres la maldita memoria, ya que creo que uno de ellos escuchó la conversación que tuve con Zekrom en su carruaje.

– ¿Por qué diablos tengo que ser yo el quien limpia tus desastres?

– Por qué eres mi perro faldero, recuerda muy bien quien soy ¡pedazo de imbécil!

– Lo lamento Úrsula, se hará como tú digas -. Así que Sirnight tenía esta clase de poderes extraordinarios ¿cómo nosotros?, eso explica por qué no recuerdo muchas noches lo que pasa a la mañana siguiente,  el efecto es como si lo hubiera soñado y no vivido, es algo raro lo mejor será no acercarme a Sirnight.

La noche llegaba a su fin, hice acto de presencia junto con los chicos para despedir a todos y cada uno de los invitados de Úrsula. Se veía algo sorprendida de vernos a los tres como si nada hubiera pasado, yo sabía que al anochecer ella y Sirnight se inmiscuirían a nuestras habitaciones a borrarnos las memorias, así que les dije a los chicos que esa misma noche saldríamos sin avisar a nadie. Iremos al Bosque Corona en donde pretendo mostrarles lo que yo puedo hacer.

– ¿Dónde se habían metido inútiles?, no les doy oro solo para que se la pasen jugueteando en los alrededores del palacio, la próxima vez que esto vuelva a suceder, los obligaré a lavar las celdas ¿les quedó claro?

– Disculpadnos por favor reina mía, solo nos asegurábamos de que el palacio estuviera libre de Pokémon para evitar un ataque sorpresa a vuestra real compañía.

– ¡Deprisa chicos! -. Les gritaba a Caius y Thomas cuando arreglaban nuestras cosas para partir al bosque a mitad de la noche.

– ¿No puedes ayudarnos Virgil?, ¡esto está demasiado pesado!

– Lo haría pero verán, hoy acabo de arreglar mi cabello y no quiero despeinarme.

– Si sigues con esa actitud te aseguro de que mañana en el bosque ya no tendrás cabello -. Refunfuñó Caius entre dientes.

– ¡Te escuché! Y ¡eso lo veremos!, a decir verdad tu ya eres muy viejo para esto Caius, sin duda Thomas te haría trizas con solo un pulgar.

– ¿Es verdad eso Thomas? -. Miró a Thomas en señal de duda.

– Pues, yo… Me uno a tu lucha si me cocinas esa deliciosa torta de carne que sabes hacer -. Ambos me miraron enarcando una ceja.

– ¡Eso no se vale!, ¡compras a Thom por comida!

– ¡En la guerra y en el amor! mi querido Virgil, cualquier estrategia es válida -. Continúo Caius guiñando un ojo.

Después de un rato de discutir estrategias sobre el cómo patearíamos el trasero de Caius yo y Thom, bueno está bien Caius y Thom discutían como me patearían el trasero a mí pero bueno el punto es que nos dirigíamos a la casa del pequeño Kyllian para llevarlo con nosotros, a decir verdad el pueblo daba un poco de miedo por la noche, esos Noctowl mirándonos fijamente simplemente me causaban escalofríos. Los chicos iban riendo de los chistes que Thom hacía acerca de mi frenética vanidad, siempre lo hacían era algo desesperante el que dijeran: “¿Qué hace Virgil en la orilla de un lago?” “¿está pescando?” “ !No! ¡Simplemente no sabía en qué lugar ver si su cabello aún lacio! ¡Jajajaja!”, sus risas frenéticas se cesaron al ver como un tipo que vestía una capucha azul nos había estado siguiendo los últimos minutos-

– ¿Quién eres? -. Susurré justo antes de tomarlo desde atrás y apuntar con mi espada rapier en su garganta.

– Soy solo un mensajero del tiempo mosqueteros-

– ¿Qué del tiempo? ¿De qué rayo estás hablando? -. Empuñe mi espada más fuerte para obligarlo a hablar, cuando de pronto descubrió su rostro se trataba de un extraño chico pelirojo de ojos azules.

– Sé exactamente quienes son, se lo que fueron en algún pasado y se perfectamente a lo que están destinados en un futuro no muy lejano- Les aguarda un futuro desgarrador, pero veo que sus espíritus nacieron para jamás ser doblegados, en sus manos descansa la paz de la tierra, en sus manos está el detenerla.

– ¿Detenerla? ¿A quién debemos detener? -. Vino a mi cabeza aquella extraña página que arranqué del libro negro de Úrsula.

– Sabes muy bien de quien hablo Virgil Mercier -. Volteé mi cabeza hacia otro lugar, por alguna razón me niego a creer que Úrsula sea una mala persona, tal vez todo esto sea un malentendido, cuando miramos hacia donde estaba el chico esta ya había desaparecido, lo buscamos rápidamente pero simplemente se lo tragó la tierra, cuando iba a hablarles a los chicos sobre lo que había descubierto de el libro, salió Kyllian de su cabaña.

– ¿Están listos? -. Parecía muy feliz de poder ir con nosotros, finalmente éramos como su única familia, será mejor que no arruine este momento con mis declaraciones psicóticas sobre lo que pienso, sobre mis dudas y demás comentarios que habría que tal vez aumentarían el dolor del pequeño Kyll, lo mejor sería callar pero sólo lo haría por ahora. El camino hacia el bosque me pareció muy corto sobre todo con las pláticas que teníamos nosotros y los chicos, sobre nuestro futuro como mosquetero y que nos esperaría después de la guerra. Thomas había dicho que se embarcaría hacia la lejana tierra de Johto quería conocer el mundo,  Caius se iría con sus padres de viaje a unas islas paradisiacas hacia el oeste de Unova, la verdad yo no sabía cuál era mi destino ahora, ni si quiera sé si estaré vivo mañana.

– ¿Pasa algo Virgil? -. Preguntó Caius sorprendido, pues no había hablado en todo el camino.

– No, sólo estoy pensando que yo no iré a recoger la madera para el campamento, ¡que vaya Thom! -. Solté una risa que Caius reconocía muy bien, pues enseguida se dio cuenta de mi estado de ánimo sus ojos fueron de “hablaremos luego”. Armamos el campamento antes del anochecer, era una noche algo húmeda y el fuego tardó un poco en encender, la cascada del bosque nos quedaba a solo algunos pasos, Caius se encargó de pescar la cena, Thomas de ir por la madera para el fuego, Kyll y yo nos encargamos de levantar el campamento, cerca de una hora estuvimos hablando de tácticas de guerra que alguna vez nos había enseñado el padre de Caius, poco después Caius y Thomas estaban ya durmiendo en sus tiendas mientras yo continuaba observando el fuego y recordando lo que había sido mi pasado, de pronto vi como Kyllian salía de su tienda.

– No puedo dormir, desde hace tiempo tengo unas muy horribles pesadillas, un demonio de ojos azules brillantes me acecha hasta la muerte -. Parecía un poco nervioso, tal vez porque apenas mañana iniciaría su entrenamiento como un nuevo integrante de los mosqueteros.

– ¿Un demonio de ojos azules has dicho? -. Recordé con escalofríos la noche en la cual murió mi padre y de la cual yo fui testigo.

– Sí, es un demonio que se oculta entre sombras y que nada lo detiene, estas pesadillas surgieron desde la muerte de mamá.

– Te contaré algo que sucedió hace mucho tiempo… Fue una noche de octubre yo había cumplido 17 años para ese entonces, papá llegó de nuevo ebrio a casa cuando esto ocurría simplemente mamá me pedía que me fuera a mi habitación pues él se ponía malhumorado y agresivo, esa noche mi mamá estaba muy enfadaba pues había desaparecido desde ya hace días, ella le reclamo pero… -. Suspiré en señal de que algo triste ocurriría.

– ¿Pero qué? ¿Qué pasó después? -. Preguntó Kyllian curioso

– La comenzó a golpear fuertemente y fue cuando yo bajé a ver que estaba pasando, mis ojos estaban húmedos al ver como mi madre era azotada vilmente por aquel hombre que desgraciadamente me había dado la vida, tomé una espada con mis manos y lo obligué a salir de casa, le dije a mamá que lo llevaría a que lo encerraran mi odio era muy grande, podría decirse que infinito yo en verdad deseaba su muerte en ese momento iba apuntándolo y caminando a la vez para llevarlo con los guardias del reino para que lo encerraran, pero forcejeamos por la espada en un callejón, obviamente él era más grande y fuerte así que logró quitármela de un solo golpe, apuntándome con ella y dispuesto a asesinarme de repente apareció una sombra en el callejón yo miraba atónito como de la sombra surgía algo parecido a un demonio incorpóreo que rápidamente se acercó a mi padre y mientras me miraba le susurró al oído… “Tu alma  me pertenece” con una voz doble y grave, en ese momento con solo tocar su pecho vi como la vida se iba de su rostro, después de aquello el quedó resumido a cenizas que el viento se llevó, el espectro me miraba fijamente y lentamente se desvaneció entre las sombras del callejón, yo… jamás le había contado esto a nadie.

– ¡Es ella! -. Reaccioné rápidamente a las palabras de Kyll.

-¿Qué? ¿de que estas hablando Kyll?

– El espectro es Úrsula, ¡ahora estoy seguro! -. De pronto comenzó a contarme todo de lo que había sido testigo, supe que había un Consejo de Dragones legendarios que cuidaban a los Pokémon y a la humanidad de desastres mundiales, que ellos junto con Melissa tomaban las decisiones de lo que pasaba o no pasaría en el mundo, que mis poderes ahora habían sido expuestos junto con ellos y que no sólo yo los tenía, pues en ese momento Kyllian me enseñó su capacidad en el agua, podía purificarla, convertirla en hielo, podía correr sobre ella como si fuera una superficie sólida, me mostro también como podía durar varios minutos bajo ella sin si quiera tener que salir a respirar. No sabía que decir en realidad estaba muy sorprendido de que además de nosotros Kyllian también tuviera estos poderes.

– Vaya, es muy raro ¿no?

– Bastante ¿Qué trucos puedes hacer con las plantas? -. Me preguntó Kyllian, de repente un pequeño brote salía del suelo, el brote se convertía en un pequeño árbol de hermosas moras. También le mostré que podía caminar descalzo sin lastimarme o resbalarme, la tierra fortalecía mis pies para que estos fueran fuertes, cada lugar que tocaba con la planta de mis pies se veía enverdecida al instante, podría revivir un bosque entero si así lo quisiera.

– Es maravilloso ese poder que tienes Virgil, sería fantástico que pudieras utilizarlo para ayudar a las personas.

– Es maravilloso, pero también debe de existir un equilibrio ¿sabes?, así como no todo es agua en este planeta, no todo debe ser bosques frondosos.

– ¿Qué haremos ahora que sabemos de nuestros poderes y la verdad sobre Úrsula?, ¿Se lo diremos a los demás?

– Creo que lo más prudente por ahora es guardarnos la verdad sobre Úrsula, entre menos personas sepan quien es en realidad creo que estaremos a salvo, lo de nuestros poderes creo que sí debemos de sacarlo a la luz pero sólo entre nosotros, así podremos entrenar libremente mientras estemos en el bosque ¿no crees?

– Eso es muy buena idea, pero quiero que cuando Melissa lo crea prudente la verdad debe salir, nos revelaremos los cuatro contra Úrsula y pelearemos contra su ejército, lucharemos para defender a los Pokémon.

– Melissa sabrá cómo se hará toda esta transición por ahora regresando al castillo todos nos deberemos de proteger de Sirnight, sus poderes psíquicos podrían arruinar nuestros planes -. Dije terminantemente, la madrugada transcurría y cuando Caius y Thomas despertaron, se quedaron asombrados al ver todo lo que el joven Kyllian era capaz de hacer, Thomas trató varias veces de caminar sobre el agua pero inmediatamente caía hacia el fondo de la cascada, sin embargo no dudó ni dos segundos en crear un puente de rocas hasta lo más alto de la cascada. Caius por su parte recogía como un imán pedazos de acero de la tierra, hasta las más pequeñas mioropartículas podían ser atraídas si el así lo deseaba, terminó formando una pequeña espada rapier nueva de aquel acero que había logrado obtener. Todo parecía ir consiguiendo un camino, nosotros podíamos hablar libremente de nuestros poderes, entrenamos por una semana completa día y noche, Kyllian el último día nos contó sobre su amigo Suicune y el significado de el dije de “agua mística” que siempre llevaba con él, era el poder del agua entregado por los Pokémon acuáticos a los hombres. Recogimos el campamento con nuevas esperanzas y nuevos logros de los que estábamos orgullosos cada uno dominaba casi por completo su elemento, Caius el acero, Thomas las rocas, Kyllian el agua y yo las plantas. Sentía como un poder completamente nuevo surgía en mí, esta vez podía luchar con quien sea, esta vez ya no sentía más temor.

Un río implacable de venganza no deja nada bueno a su paso, una sensación de quietud siempre debe guiarte por el buen camino, ¿Cómo puedes olvidar todo aquello que te provoca odio?, no lo puedes olvidar, simplemente tienes que luchar contra ese sentimiento, puede que esté llena tu alma de rencor pero debes de aprender a diferenciar un buen corazón de una persona con ausencia del mismo, una pelea no arregla las cosas, la guerra nunca cede paso a la paz y la venganza jamás suplantará a la justicia. ¿Tienes clara tu promesa?, convertirte en un valiente será ahora tu deber.

 CONTINUARÁ…